Las tumbas de tierradentro

Cortometraje documental, 1980, 9 min.
Ingreso / registro
en el Sur de Colombia¸ desde las cumbres del Nevado del Huila hasta las tierras bajas bañadas por el Río Páez¸ está Tierradentro. Diversa¸ abrupta¸ encerrada¸ la región es parte de las estribaciones orientales de la Cordillera Central. El paisaje¸ cambiante¸ muestra páramos¸ donde los fraylejones semejan silenciosos centinelas de la soledad: montañas de tupida selva donde aún merodean el oso y el tigre; valles despejados por la mano del hombre para la ganadería¸ y cañadas florecidas de cachimbas que crecen a las orillas de los ríos. El Páez¸ el Ullucos y el Río Negro¸ son las arterias vivificadoras que nutren estas tierras de pródigas cosechas.La flora¸ rica y variada¸ se engalana con orquídeas de fascinantes formas y colores. Y como flores vivas¸ las mariposas y las aves se destacan sobre el fondo fresco del verdor de los campos y los bosques.Montaña adentro caminaban los conquistadores españoles en el Siglo XVI¸ para meterse en el corazón de la cordillera. Fue duro y penoso el acceso¸ a través de caminos difíciles¸ bosques tupidos y colinas rocosas.Era la tierra huraña¸ misteriosa y encerrada: por eso la llamaron Tierradentro. ¿Qué tiene Tierradentro para que haya sido por siglos la meta de viajeros y científicos? ¿Cuál es la causa del regreso constante de aquellos que una vez la visitaron? ¿Cuál es la magia que la vuelve inolvidable? Tierradentro es la paz y el sosiego para aquellos que buscan naturaleza pura¸ días soleados¸ noches tibias¸ cielo limpio y plácidos rincones para el ensueño.Tierradentro es también el misterio. El misterio de una cultura que dejó excavadas en la roca de sus montañas¸ cámaras funerarias de gigantescas proporciones¸ que admiran hoy los visitantes. Por grandes pozos con escaleras de caracol se desciende a los espaciosos recintos mortuorios¸ sostenidos por dos columnas centrales¸ en las cuales enormes rostros tallados recuerdan un pueblo perdido¸ cuya obsesiva preocupación fue la muerte¸ la ignorada existencia en el más allá. Para esa otra vida construyeron estas mansiones geométricas en rojo y negro¸ los colores de la sangre y de la oscuridad¸ de la vida y de la muerte.El diseño rectilíneo se repite¸ se duplica¸ se entrecruza; imita el trenzado de la fibra vegetal que formaba el interior de las viviendas¸ pues la tumba es otra vivienda: la permanente¸ la eterna.Fue una labor de muchos años y de muchos hombres el labrar esta roca con cinceles de piedra¸ pulir las paredes y cubrirlas con pintura blanca¸ para luego trazar¸ con colores vegetales¸ el mosaico de triángulos¸ franjas¸ rombos y cuadrados.Los muertos eran incinerados y sus huesos colocados dentro de urnas de cerámica¸ amorosamente trabajadas. La arcilla se hizo dócil en las manos del hábil alfarero y su imaginación¸ guiada por un profundo sentimiento religioso¸ creó figuras simbólicas que nos muestran un complejo mundo de creencias¸ centradas en el culto a la muerte y a sus antepasados.La serpiente fue el símbolo escogido los antiguos habitantes de Tierradentro para expresar el paso de la vida a la muerte¸ el ciclo de la continuidad en tiempo y espacio¸ la inmortalidad. La vemos enroscada sobre las urnas¸ reptando para asomar su inquietante cabeza en la boca de los recipientes¸ dividiendo espacios o limitando zonas de color. Naturalista algunas veces¸ estilizado otras¸ pintada o modelada¸ pero siempre presente como inevitable guardián de las tinieblas.La lagartija es otro símbolo para adornar los recipientes funerarios. La forma de su cuerpo se relaciona con el culto fálico¸ con la fecundidad¸ con la continuidad de las especies¸ con la vida que nace de la muerte como la semilla brota de la planta. El cienpiés¸ por la prodigalidad de sus extremidades y por su conformación específica¸ es la imagen del sexo femenino¸ de la prodigalidad¸ de la cosecha.Serpientes¸ lagartijas¸ cienpiés¸ son el tema central que¸ con imaginativas variaciones¸ materializa en animales mitológicos los conceptos vitales y religiosos de una cultura desaparecida.La ofrenda funeraria: el alimento y la bebida para los espíritus de los muertos¸ se colocaban en recipientes de diversas formas: cuencos brillantes por el pulimento con espátulas de hueso o caracol¸ ollas globulares de boca angosta para bebidas rituales como la chicha¸ y alcarrazas de doble vértebra con figuras de pájaros y de frutas¸ que fueron también elementos mágicos propiciatorios del éxito en las cacerías y de las cosechas abundantes.Se sabe¸ mediante las fechas obtenidas por el método del Carbono 14¸ que a partir del Siglo VII y durante muchas generaciones¸ los talladores de las tumbas fueron perfeccionando el método constructivo.Hoy los arqueólogos han establecido una secuencia evolutiva que nos muestra el proceso. Las tumbas más antiguas fueron sencillas fosas de planta oval¸ aparecieron luego las escaleras y más tarde una cámara lateral sin techo. Después se hizo más profundo el pozo de descenso y la cámara se construyó con techo. Aparecieron luego los nichos laterales para ampliar el recinto y por último las columnas centrales.Cada paso de desarrollo de esta arquitectura funeraria implica mayor profundidad¸ espacios más amplios y la paulatina aparición de la decoración interna¸ que termina invadiendo techo¸ paredes y columnas. Paralela a la evolución de las tumbas se da la de la cerámica. Las urnas son inicialmente lisas¸ apenas recubiertas de un baño de agua arcillosa. Luego viene la decoración formada por incisiones rellenas de pasta blanca. Aparece el motivo serpentiforme. Las serpientes van tomando cuerpo: se alzan en relieve sobre la superficie. Por último la urna se enriquece con un altorrelieve formado por figuras simbólicas: los caciques o sacerdotes¸ sentados en sus bancos indicadores de una alta categoría social y religiosa¸ alternan con animales míticos¸ con ofidios y saurios habitantes de un universo mágico¸ del mundo de los símbolos¸ de las potencias vitales y de la muerte.La pequeña tumba se destaca entre todas las de la necrópolis de Tierradentro¸ por su singular decoración. En sus paredes lleva pintada una franja policroma que separa dos amplios espacios: el superior con medias lunas negras y rojas¸ y el inferior con lagartijas multicolores. Aquí la dualidad de vida y muerte¸ cielo y tierra¸ humano y divino¸ está expresada en un todo¸ unido y a la vez separado por el arco iris¸ mágica presencia que para las culturas precolombinas representó la unión de los mortales con el espacio celestial.Los cementerios antiguos se construyeron en las partes altas: ocupan mesetas artificiales en las laderas de las montañas. El deseo de alcanzar el cielo fue el impulso que llevó a los indígenas a situar sus necrópolis en las alturas. Siglos atrás por estos empinados senderos caminaba el cortejo funerario que depositaria¸ después del ceremonial de cremación¸ los restos óseos dentro de las urnas funerarias¸ sumergidos en tierras arcillosas de color rojizo¸ para indicar la vida de ultratumba.En agujeros abiertos en el piso de las tumbas¸ dentro de urnas sencillas¸ o en urnas decoradas y colocadas sobre una base de piedra¸ se enterraron los hombres y mujeres de aquella sociedad prehispánica. La diversidad en el enterramiento nos está evidenciando la existencia de una diferenciación social.A su vez el dominio de la técnica por parte de alfareros¸ la duración de las construcciones subterráneas¸ el conocimiento de los colorantes vegetales y minerales y la diversidad de herramientas nos demuestra una especialización del trabajo de larga trayectoria.Los arqueólogos¸ al excavar los cementerios y rescatar las estructuras funerarias¸ no sólo están sacando a la luz unos restos de seres y cosas. Están desenterrando un pasado: ese pasado indígena del cual apenas se está empezando a tener conciencia. Están desenterrando una cultura de gentes laboriosas: agricultores¸ talladores¸ pintores¸ ceramistas.Por ello Tierradentro no es solamente un reflejo del pasado. Tierradentro es hoy día una región vital: actividad de científicos que rescatan del fondo de la tierra tradiciones e historia: actividad de un pueblo indígena que busca su liberación¸ actividad de campesinos que fecundan los campos¸ actividad de colombianos que buscan un pasado y construyen un porvenir.Clasificación: 1 -A.

DIRECCIÓN

Olga Lucía Gaviria

GUION

Álvaro Chávez Zapata

FOTOGRAFÍA

Mario González

EDICIÓN

Manuel Navia

PRODUCCIÓN

Centauro Films

IDIOMA ORIGINAL

Español
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